Energías renovables: sigue creciendo su participación en el abastecimiento del mercado eléctrico

Si bien su participación todavía es menor, del 5,9 por ciento del mercado que abastecían en 2019, pasaron al 9,7 por ciento el año pasado.

En 2020, del total de la demanda eléctrica el 9,7 por ciento fue cubierta a partir de fuentes de energía renovable, mientras que el año anterior apenas representó el  5,9 por ciento de la demanda del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), lo que marcó un crecimiento superior al 60 por ciento. 

La Ley 27.191, sancionada en 2015 por el Congreso de la Nación, fijó como objetivo que las energías renovables cubrieran en 20 por ciento del total de la demanda eléctrica nacional para 2025, lo que podría alcanzarse en caso de que se mantenga este ritmo de crecimiento. 

A partir del último informe mensual de La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa), se pudo observar que, en octubre de 2020, las fuentes renovables alcanzaron el 12,7% de cuota de mercado y, de este modo, llegaron a la mayor cobertura de la demanda nacional el año pasado.

Las energías renovables son aquellas fuentes energéticas basadas en la utilización del sol, el viento, el agua o la biomasa vegetal o animal, entre otras. Se caracterizan por no utilizar combustibles fósiles como sucede con las energías convencionales, sino recursos capaces de renovarse ilimitadamente.

“Hay una consciencia global sobre la necesidad de reducir el dióxido de carbono en la atmósfera: metano, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, los cuales impactan tremendamente en la atmósfera. Todas estas cuestiones que el hombre no domina en cuanto a la predicción prismática”, sostuvo el Mg. Ing. Mario Pelissero, Director de Proyectos de Investigación del Departamento de Ingeniería Mecánica en UTNBA.

“Muchas veces, a pesar de todos los controles satelitales, suceden eventos climáticos que son incontrolables y en muchos casos, impredecibles. Es por eso que hay una vocación en los países más industrializados, y se está trabajando fuertemente, por lo que se espera que para el año 2050 haya un balance más neutro”, aseveró.

Según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (CAMMESA), el 8 de diciembre pasado las energías renovables registraron un récord de cobertura de demanda al alcanzar el 23 por ciento del total. De ese porcentaje, la energía eólica aportó el 67,21 por ciento, seguida por la energía solar fotovoltaica, con el 22,1 por ciento, el hidrocarburo aromático policíclico (PAH), con el 6,7 por ciento, y las bioenergías, con el 4 por ciento.

“En nuestro país con grandes extensiones y recursos y poca población,se hicieron fuertes inversiones; y a pesar de los cambios de gobierno se mantienen las políticas que prevén empezar a explotar racionalmente estos recursos renovables, con lo cual hay una tendencia, tanto nacional como internacional en ese sentido”, sostuvo Pelissero.

Dentro del gran abanico de ventajas que tienen las energías renovables como la disminución  de gases de efecto invernadero y otros contaminantes, también ayuda a reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con la contaminación. Además, no se necesitan grandes cantidades de agua para su funcionamiento y reducen no sólo la necesidad de industrias extractivas, en la medida que se evita el uso de combustibles fósiles, sino que reducen la necesidad de proyectos hidroeléctricos de gran escala con los consecuentes efectos de inundación y erosión.

En el área económica, los recursos renovables reducen las tarifas en los servicios de agua, luz y gas, generan nuevos puestos de trabajo directos (trabajadores de la construcción, desarrolladores, fabricantes de equipo, diseñadores, instaladores, financieros) e indirectos (en la agricultura, al expandir los sistemas de riego, en la ganadería y avicultura, con la instalación de establos electrificados, en el comercio y los servicios).

El Ing. Pelissero consideró que “las empresas están mirando dentro de este contexto económico y existe la intención de comenzar a trabajar más con todo esto”, detallando que “el gobierno ha establecido que dentro de unos años, su matriz energética debe estar provista en un 20 por ciento de energías renovables. Desde el punto de vista hogareño hay que machacar en todo lo que es el aprovechamiento real de la energía con lámparas adecuadas, con equipamiento de bajo consumo, las cuales se están imponiendo ya que las tarifas se incrementan, lo que representa un gran beneficio para la humanidad. En los hogares ya comienza a hablarse del uso racional de la energía”.

A nivel global, las energías renovables crearon más de 11 millones de puestos de trabajo en 2018. La solar fotovoltaica sigue siendo la tecnología que más empleos crea, un tercio de los generados por el sector, y la siguen la hidroeléctrica, con más de 2 millones de puestos, y la eólica, con 1,2 millones.

Según el informe del Gobierno Nacional, llamado “empleo verde” realizado en 2018, se destaca la revisión anual realizada por IRENA, “Renewable Energy and Jobs”. Durante 2017, se relevaron 8,8 millones de empleos en el sector de las energías renovables en todo el mundo, marcando un fuerte incremento interanual de 6,3 por ciento. La tecnología solar fotovoltaica lideró la generación de puestos de trabajo (3,4 millones) principalmente en China, Brasil, Estados Unidos, India, Alemania y Japón.

PROYECTO UNDIMOTRIZ

En la Facultad Regional Buenos Aires radica el Proyecto de I+D+i de Energía Undimotriz, con más de 10 años de experiencia en la generación de tecnología para la transformación de la energía de las olas del mar en energía eléctrica, el cual es dirigido por el Ing. Mario Pelissero y el Mg. Ing. Alejandro Haim.

Además, participa -junto con otros países latinoamericanos- de RIBEMAR, la Red Iberoamericana de Energías Marinas.

El proyecto se basa en la construcción e instalación del primer prototipo convertidor de energía undimotriz del país, a escala real.

El convertidor diseñado por los investigadores de la Facultad consiste de dos boyas que capturan el movimiento ondulante de las olas. Este movimiento ingresa a una cadena cinemática de engranajes que transforman el lento movimiento de ascenso y descenso de las boyas en un rápido desplazamiento giratorio uniforme, que ingresa a un generador que produce energía eléctrica. Las boyas son de acero naval, son huecas y su peso y medidas pueden ser variables (de 2 a 20 toneladas y de 3 a 10 metros de diámetro). Según las dimensiones del equipo la potencia podrá variar entre 30 a 200 kW por boya. El equipo puede ser instalado en forma offshore mediante pilotaje, o en plataformas de extracción de petróleo y gas, o en estructuras existentes como escolleras y muelles.

 

 

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