La Facultad lidera un proyecto de reconstrucción histórica del clima

El Proyecto ACRE.Ar forma parte de una iniciativa global para reconstruir datos históricos sobre el clima con el objetivo de combatir el cambio climático.

La UTN Facultad Regional Buenos Aires es la sede de Argentina del proyecto ACRE, el cual se desarrolla en distintos países del mundo con el objetivo de reconstruir datos históricos del clima a nivel global, que permitirían planificar acciones para combatir el cambio climático.

El proyecto ACRE.AR se desarrolla en convenio con la Armada Argentina, a través de su Servicio Meteorológico y de su Servicio de Hidrografía Naval, con el fin de recuperar datos climáticos desde 1850 hasta la primera mitad del siglo XX.  Para lograrlo, busca detectar, ubicar y reconstruir información pública y privada que contenga observaciones meteorológicas históricas, para su posterior digitalización.

Es por eso que el proyecto convoca a voluntarios “ciudadanos científicos” a participar, ya sea aportando registros climáticos o digitalizando información, a través del software libre zooniverse.org

La intención del proyecto ACRE (Atmospheric Circulation Reconstructions over the Earth, por su sigla en inglés), es recuperar toda la información meteorológica diaria y horaria que exista en el planeta, que se viene midiendo sistemáticamente y de manera creciente en todo el mundo desde el siglo XIX. Del proyecto a nivel mundial participan más de 50 instituciones de todos los países. En Argentina, la sede se encuentra en la UTNBA, coordinada por el Dr. Pablo Canziani, investigador principal del CONICET, y la Dra. Gabriela Lakkis, Directora de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la Facultad.

“Estamos en un proceso de cambio y, en ese proceso de cambio, cuanta más información para atrás tengamos, mejor vamos a identificar cómo se produce el cambio climático”, sostuvo el Dr. Canziani, también director de la Unidad de Investigación y Desarrollo de las Ingenierías (UIDI) de la UTN Buenos Aires y ex integrante del Panel Internacional de Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas.

El trabajo a realizar consiste en digitalizar datos que fueron registrados desde el siglo XVIII y siglo XIX, pero que están volcados a mano o pasados en libros, que no se encuentran en una base de datos común, “vamos a digitalizarlos para poder reconstruir parte de la historia de nuestro clima y para alimentar fuentes de datos internacionales para, a posteriori, poder hacer algún estudio sobre el cambio climático”, explicó la Dra. Gabriela Lakkis.

Argentina, fue uno de los primeros países en adoptar simbología meteorológica, aseguró Canziani y explicó: “la meteorología en el mundo fue la primera disciplina que tuvo un organismo internacional que establece pautas comunes para todos y se fundó en 1873. El Servicio Meteorológico de Argentina lo fundó Sarmiento en 1872, y en ese contexto hay muchísima información. A partir de 1898 Argentina empezó a registrar, como correspondía a lo acordado, datos una vez por hora, de diferentes variables. Entonces, son 30 por 24, por cada variable, en un solo mes. Y, en este contexto, uno de los objetivos es poder modelar cada 6 horas el estado de la atmosfera, desde 1850”.

Los datos recuperados serán compartidos con la Armada Argentina, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM):

“Es difícil ver cuál es el cambio en cualquier serie de datos si uno no tiene proyección al pasado largo. Hay que analizar el comportamiento para ver si en algún momento se produjo el cambio de tendencia. No se puede analizar ese dato con diez o quince años, sino que se necesita una historia larga hacia atrás para poder proyectarlo. De lo contrario, los resultados de la proyección probablemente no tengan ninguna exactitud. Con cuánta más información se pueda reconstruir la historia de esa variable a analizar, es muy probable que las proyecciones a futuro sean más acertadas y que nos permitan ver si hay quiebres de esos comportamientos, hacia dónde van y porqué suceden”, analizó la Dra. Lakkis.

Todos podemos ser “ciudadanos científicos”

El Proyecto ACRE AR, convoca a voluntarios, denominados ciudadanos científicos, para participar y colaborar en la digitalización de los documentos de datos meteorológicos terrestres y marinos de la Argentina: “hay mucha información que registraron ciudadanos comunes en Argentina que se está perdiendo porque los documentos se están destruyendo. Ofrecerlos para el proyecto es un aporte enorme a la ciencia y al futuro de la gestión territorial del país”, expresó Canziani.

El concepto de “ciudadano científico” -explicó Lakkis- se remonta a diez o quince años atrás, cuando se reconoció que hay temas de investigación, particularmente sobre cuestiones sociales y ambientales, en los que hay mucha información a procesar y que, sin el voluntariado, resultaría imposible de resolver, por tiempo y por costos.

Canziani, agregó, “la categoría de ciudadano científico surgió tras formarse el organismo internacional llamado Alianza para la Ciencia Ciudadana, el cual busca vincular proyectos y voluntarios. El científico cumple una función y el voluntario se adhiere a esa función, en calidad de ciudadano. Un ciudadano cumple un rol, ser ciudadano de un país implica que tiene un rol en su funcionamiento. Aquí es un ciudadano que, además, ayuda a la ciencia a recuperar el conocimiento en una región del mundo”.

Respecto de la participativa activa de los voluntarios, la Dra. Lakkis reflexionó: “la contribución de los voluntarios es enorme porque el proceso de recuperación lleva muchos eslabones que debemos ir reconstruyendo hasta llegar al final. Uno de esos eslabones es que una vez que uno tiene esa información hay que digitalizarla y el problema es que el volumen de información en muy grande; tenemos alrededor de 6 mil libros de navegación de la Armada, de 500 o más paginas cada uno, que tienen en cada página 30 o más datos. Eso implica un trabajo que estimamos en 7 años de fotografía, a 6 o 7 horas por semana. Luego hay que sentarse a preparar esas imágenes para el proceso de pre digitalización, -sostuvo y agregó- no sólo es digitalizar, sino que ellos hacen un cross check. Cada cosa digitalizada está hecha por diez voluntarios. Eso nos da la posibilidad de que el valor medio de eso que están digitalizando es el correcto. Tenemos diez vistas, diez opciones y la mayoría coincide en un valor”.

Sobre ello, el Dr. Canziani manifestó, “hay que validar desde el punto de vista meteorológico que los datos sean consistentes. Es decir, que tengan un sentido de representar algo que realmente ocurrió en la atmósfera. Luego de esto, hay que armar el archivo de dato y, como lo requiere el proyecto, entregarlo a las bases mundiales de meteorología y climatología”.

Los voluntarios, ciudadanos científicos, colaboran al digitalizar y compatibilizar toda la información en un documento, manejado por un software libre basado en inteligencia artificial, esto “requirió un arduo trabajo de uno de los integrantes del equipo, en lograr un proceso que resulte sencillo para el voluntario”, señalaron los investigadores.

El sitio web creado para tal fin, se lanzó el 2 de noviembre y se puede visitar desde aquí.

Además de convocar a los voluntarios para el proceso de digitalización y clasificación de los datos, se solicitan voluntarios para localizar los documentos y tomar imágenes para cargar esa información en la página. Para participar, los voluntarios deben escribir a acreargentina@gmail.com.

El Dr. Pablo Canziani y la Dra. Gabriela Lakkis sostuvieron que, además de convocar la colaboración de voluntarios y de organismos nacionales e internacionales, empresas navieras que operaron en Argentina, sobre todo empresas mineras y estancias agropecuarias; se convoca a la participación de escuelas y organismos de educación secundaria y terciaria, para diseñar en conjunto proyectos de investigación que involucren a los alumnos con el trabajo interdisciplinario de ciencias, geografía, historia y otras especialidades.

“Estos proyectos se prestan para que instituciones educativas de nivel secundario y terciario se acerquen a nosotros y vean de qué forma colaborar y hacer proyectos conjuntos interdisciplinarios, entre investigación, ciencia, historia, geografía y lengua inclusive, viendo cómo escribían los términos en el siglo XIX y cómo evolucionó el idioma de la ciencia”, expresó Canziani, al tiempo que la Dra . Lakkis agregó: “ojalá tengamos un buen feedback. Que chicos del secundario participen en eso implica que en adelante se pueda despertar una vocación por la ciencia en nuestro país; cuantos más seamos mejor es, y que despierte ese interés es muy importante”.

UTNBA sede de ACRE.Ar

“Si pensamos en los socios de ACRE internacional, The Royal Meteorological Society, importantes universidades de todos los continentes, en Canadá, Japón, Austrialia, etc, veremos que la Facultad está codeándose con los organismos más importantes del área y eso es muy relevante”, explicó el Dr. Canziani.

Por su parte, la Dra. Lakkis agregó: “el hecho de que la Facultad sea sede de ACRE Argentina es relevante. Dentro de América Latina no son muchos los países que están colaborando. Es fundamental que sea Argentina la que lleve la bandera, además porque tiene una historia que no todos los países tienen. Posee una amplia tradición de registro de datos, tiene el tercer servicio meteorológico nacional, y es el motor que mueve al resto de la región para poder llevar adelante este proyecto que nos vincula no solo como científicos, sino como aporte de reconstrucción de parte de la historia que es nuestra. Y el clima no sólo impacta a la atmósfera sino en la vida de las personas a diario”, concluyó.

Al finalizar, los investigadores que encabezan ACRE AR, explicaron lo que representa este proyecto a nivel personal:

“Es un desafío importante a nivel personal y estoy muy contenta de poder aportar”, sostuvo la Dra. Gabriela Lakkis y agregó: “ya tenemos varias líneas de investigación que venimos desarrollando con los años. Esto incorpora algo que tiene que ver con el clima y que nos sumerge en una parte más literaria e histórica que hasta ahora no la teníamos. Es un desafío importante presentar el proyecto a nivel internacional con semejante trabajo de página y software, también es un orgullo”.

“Por mi parte -expresó el Dr. Pablo Canziani- este proyecto aporta algo que sufrimos durante toda la carrera y que tiene que ver con buscar el dato. Aportar a eso creo que es trabajar en la base de la disciplina y aportar a la sociedad. En lo personal, me resulta interesante mezclar la dimensión científica con la dimensión social de la temática y me divierte”.

 

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