La UTN ofrece soluciones a problemas con el agua en todo el país

Numerosas Facultades Regionales realizan investigaciones y desarrollos que permitan proteger ese recurso.

Publicada el 28 de junio de 2017. Categorías: Graduados, Orgullo UTNBA, Todas las noticias. Etiquetas: , , , , , .

El agua es un recurso natural no renovable y escaso, por lo que se ha convertido en una preocupación a nivel mundial. Teniendo en cuenta esto y por la idea de servicio a la comunidad que identifica a la UTN, diferentes regionales de todo el país realizan importantes trabajos e investigaciones vinculadas al cuidado de ese recurso.

En la UTNBA se investiga desde hace cinco años el “Abatimiento de arsénico en agua de bebida”, con la intención de disminuir la concentración de arsénico que se encuentra en las aguas subterráneas.

“Pensamos el proyecto para poblaciones dispersas. Buscamos crear un dispositivo filtrante que sea construido con materiales económicos y que por el sólo hecho de hacer circular el agua logremos disminuir el arsénico”, explicó la Ing. Graciela De Seta, co-directora de ese proyecto de investigación.

Por su parte, la UTN Neuquén tiene un área específica que se dedica al estudio de impacto ambiental vinculado a la industria hidrocarburífera.

“Hay un aspecto de lo que es el impacto ambiental, vinculado a hidrocarburos y análisis de metales pesados en aguas y suelos. Se consiguieron equipos de última generación y hoy por hoy estamos consolidando un grupo de trabajo y poniendo a punto de los equipos para dar apoyo en auditorías de tanques”, explicó el Ing. Alejandro Torres, Coordinador de laboratorios de la UTN Facultad Regional Neuquén.

El interés de toda la UTN como universidad pública, por poner al servicio de la comunidad el conocimiento generado por sus investigadores y la capacidad de sus alumnos, llevó en el caso de la Facultad Regional Mendoza, a montar la primera planta de tratamiento de agua en el Aconcagua.

Otro de los grandes aportes que hizo la UTN en materia de agua, fue una investigación de la Facultad Regional La Rioja que descubrió qué bacterias estaban reduciendo la vida útil de las cañerías de la red de agua potable. Eso no sólo permitirá al Instituto del Agua – y en consecuencia a todos los habitantes de esa ciudad- ahorrar cientos de miles de pesos en mantenimiento, sino que además mejorará el servicio.

La cruzada mendocina

Para armar la planta, estudiantes de la UTN Facultad Regional Mendoza estuvieron ensayando el ensamble durante un mes. El objetivo era instalarla en el Campamento Confluencia del Aconcagua, ubicado a 3.400 metros de altura sobre el nivel del mar, en apenas un día.

La planta no sólo trata el agua para mejorar su calidad y hacerla apta para el consumo humano, sino que además trata efluentes cloacales. En ese sentido Graciela Affranchino, Directora del Departamento de Ing. Química y del laboratorio de Análisis de Agua y Suelo de esa Facultad Regional, que llevó adelante el proyecto, explicó que “busca mejorar las condiciones socioambientales, e implementar servicios sanitarios sustentables en el Parque Provincial Aconcagua”.

En un principio el proyecto tenía como objetivo instalar una planta de tratamiento de efluentes cloacales alimentada con paneles solares, y proveer de mayor cantidad de energía al lugar a través de generación eólica. “Cuando llegamos al lugar e hicimos el reconocimiento, detectamos que la calidad de agua que se consume es de muy mala calidad. No porque sea impura sino porque tiene mucha concentración de magnesio y sulfato. Y el sulfato de magnesio produce diarrea, -sostuvo Affranchino-. Quienes suben al Aconcagua tienen que pasar por el Campamento, normalmente pasan el día y tratan de ambientarse. Algunos tienen una deshidratación aguda ya en el campamento Confluencia, otros se descomponen, y otros siguen en mal estado y se descomponen más arriba”.

Antes de instalar la planta se realizaron mediciones y simulaciones que arrojaron resultados negativos: la planta no funcionaría a esa altura. Pero los ingenieros de la Facultad Regional Mendoza hicieron los ajustes necesarios para que se pudiera llevar adelante. “Fue un reto, porque las plantas se pueden poner en cualquier lado. Pero a 3.400 metros de altura todos los estudios sugerían que no funcionaría. Sin embargo, se armó de tal manera que logramos el objetivo. Eso para nosotros es un triunfo”, explicó Affranchino.

La planta comenzó a funcionar en febrero y se pudieron realizar mediciones durante un mes, las cuales le permitieron al equipo sacar conclusiones para terminar de instalar la planta de tratamiento de efluentes este año, y un aerogenerador para potenciar los paneles solares.

El proyecto beneficia al grupo de guardaparques y a una población estable de unas 30 personas del Campamento Confluencia, a los que se suman unas 7 mil personas que suben año a año al Aconcagua. Con la instalación de la planta, además, el Parque comenzó a disponer de energía durante todo el día y no sólo durante la mañana como hasta ese momento. Y se sumaron nuevos servicios al de comunicación: el acceso a mirar videos, televisión y tener mejor iluminación.

Del proyecto participaron además de la Directora, el Ing. Humberto Vinante; el Ing. Eduadro Barbeito; el Ing. Eugenio Fisicaro; y 11 estudiantes que fueron entrenados por Vinante para poder montar la planta en dos horas. “Los alumnos tuvieron que ir ordenados, teniendo en claro lo que tenían que hacer. Tenían que llegar, armar, y bajar todo el equipamiento, en dos horas. No había que perder tiempo por lo que practicaron durante todo un mes, abajo. Estaban separados por grupo y cada grupo hacía una actividad. En un mismo día instalamos una columna meteorológica, los paneles y la planta de agua”, concluyó.

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La investigación de la UTN La Rioja

El Grupo de Actividades Interdisciplinarias Ambientales (GAIA) de la Facultad Regional La Rioja detectó hace más de tres años, que las cañerías de las perforaciones subterráneas de la red de agua debían reemplazarse cada vez con mayor frecuencia.

El GAIA decidió iniciar una investigación que determinó que los filtros se obstruían, lo que generaba que las bombas trabajaran en vacío y se quemaran con mayor frecuencia, dejando a gran parte de la población sin suministro de agua. En una segunda etapa, el grupo buscó determinar la causa de esas obstrucciones, por lo que trabajó en conjunto con el Instituto Provincial del Agua.

“Inicialmente presumimos que el problema podía deberse a ciertos microorganismos, a bacterias que aceleran la corrosión del metal”, explicó el Ing. Vicente Calbo, Director del GAIA.

Los investigadores de la UTN La Rioja determinaron que la obstrucción de los filtros se estaba produciendo por esos microorganismos, y que el agua no llegaba a la superficie porque las cañerías se perforaban. “Eso estaba y está afectando la calidad del servicio y la provisión de agua; y requería (y aún requiere) mantenimiento periódico y reemplazo de los equipos que son muy costosos. Si bien no hemos cuantificado el monto, podemos decir que son cifras millonarias a lo largo del año. Tradicionalmente estas cañerías duraban entre 15 y 20 años, ahora están siendo reemplazadas cada 5 años, o sea que el costo operativo se multiplica por 4”, explicó Calbo.

En ese sentido, el Director del GAIA explicó que “las primeras bacterias que actúan son las conocidas como bacterias del hierro, que oxidan y generan una costra. Van obstruyendo la cañería por dentro, dificultan el bombeo, y obstruyen los filtros. Al mismo tiempo generan una capa hermética que impide la llegada de oxígeno hacia la tubería, lo que hace que se reactiven las bacterias reductoras del sulfato, que son las que atacan y producen orificios en las tuberías”.

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