“Hay mucho potencial y camino para las mujeres que estudian Ingeniería”

Con apenas 23 años la estudiante de Ingeniería Industrial, Camila Linares, se convirtió en Analista de Mantenimiento en una empresa en la que por primera vez se contrata a una mujer para ocupar el puesto y es la única mujer que trabaja en la planta.

Publicada el 17 de diciembre de 2020. Categorías: Estudiantes, Orgullo UTNBA, Todas las noticias. Etiquetas: , , , .

Camila Linares, estudiante de la carrera Ingeniería Industrial, fue designada Analista de Mantenimiento de la firma WTK Wentinck, y se convirtió en la primera mujer en ocupar ese cargo por primera vez en la historia de la compañía.

“Llegué a  Ingeniería por curiosidad. Salí de un colegio de humanidades e investigué en el último año de la escuela qué iba a hacer y me pareció un desafío muy interesante estudiar Ingeniería. Elegí industrial porque es muy amplio y tengo muchos intereses diversos, me parecía que iba con mi perfil. Y en cuanto a la Facultad, me anoté en la UTNBA por recomendación y además porque mi entorno me reafirmaba que era una de las mejores opciones, por reconocimiento y por la orientación de la Facultad”, sostuvo Camila.

La firma Wentinck, fabricante de conductores eléctricos, implementó un programa de paridad que le permitió a la alumna de la Facultad acceder al puesto:

“Comencé ahí porque es una fábrica de gente de Cañuelas, lugar en el que vivo, y  me contactaron porque me conocían y porque una de las dueñas, que forma parte de la Unión Industrial Argentina, está trabajando sobre potenciar el trabajo en igualdad de oportunidades para mujeres y hombres. Estaban buscando alguien, en lo posible mujer, para cambiar la cultura dentro de la planta. Tras algunas entrevistas me eligieron y estuvo muy bueno ya que nunca había trabajado en un lugar así y fue todo un desafío. No conocía muchas cosas y fue una gran experiencia y oportunidad”, resaltó Camila Linares.

La alumna también remarcó que fue clave en este nuevo paso dentro de la empresa, “el compañerismo y buen ambiente laboral. Soy la única mujer en el sector y fue un desafío porque los operarios no estaban acostumbrados a trabajar con una mujer. Pero prevaleció el respeto y eso lo valoro muchísimo. Sumamente respetuosos y con predisposición a enseñarme, desde el mecánico al gerente”.

En su trabajo diario Camila se ocupa del análisis de control de paradas, la gestión de repuestos -desde la compra hasta recibirlo y tratar con los proveedores-; coordina y supervisa trabajos con personas externas, además de tareas relacionadas al mantenimiento de la planta, sumado a labores de producción  como  la incorporación de un nuevo sistema de producción.

“Mi día de trabajo arranca viendo los pendientes, sean de repuestos o mantenimiento, planifico las compras para mantenimiento, etc.  Mi puesto es muy cambiante y no tengo días iguales, ya que las fallas siempre son distintas. No tengo una rutina convencional y durante el día surgen cosas en cuanto a rupturas en la máquina o insumos para mantenimiento. También trabajamos con proveedores externos y debo comunicarme con ellos. Coordino los pagos y la facturación.  Es muy diverso e interesante y lo importante es que yo voy y me divierto. Paso de hacer trabajos administrativos a tener que pararme y ver cada máquina, luego al laboratorio y a otra máquina. Es muy divertido, todo el tiempo estoy en movimiento y haciendo cosas distintas. Cada día es una aventura nueva”, expresó Linares.

En relación a la importancia de ser la única mujer dentro del sector, y a la incorporación de esta nueva cultura dentro de la empresa, Camila sostuvo que debió adaptarse en principio a ser la única mujer dentro de la planta; pero “fui muy bien recibida y me consideraron una par. Me pasa por el contrario con los proveedores que me confunden y dicen que o soy de ventas o soy de administración, nunca está ese reconocimiento de que puedo estar trabajando dentro de la planta en la parte productiva, eso me causa gracia, pero bueno, está la cuestión de no legitimar a la persona por su género. Me pasa que te piden hablar con otras personas, cuando yo les puedo responder. No es necesario ser hombre. Suceden ese tipo de cuestiones pequeñas, pero creo que fui muy afortunada y sé que no es lo que suele suceder, es un privilegio el trato que tengo con mis compañeros”.

En esta línea, la estudiante de Ingeniería Industrial de la UTNBA sostuvo que fue clave para sobrellevar el cambio y adaptarse, desarrollar su carácter y diversas técnicas en el trato con el otro: “siendo mujer debo desarrollar diversas técnicas para que, por ejemplo, una persona adulta no se sienta ofendida porque una chica de 23 años le está dando indicaciones. Muchas veces siento que me tuve que gestionar técnicas que siendo hombre no es necesario, o sucede que uno tiene que demostrar todo el tiempo que sabe”, argumentó.

En relación a la incidencia de la Facultad en su formación y al puesto que ocupa, Camila destacó la enseñanza de los profesores y la particularidad de mostrar en forma práctica lo que se explica en la teoría, siendo relevante para su trabajo al poder aplicar lo visto en las aulas:

“En la Facultad, por lo menos los profesores y profesoras que tuve, pudieron bajar el contenido a lo práctico y eso es beneficioso para el campo laboral.  Estoy promediando la carrera y si bien aún me faltan conocimientos, me sirvió el relato de los profesores en cuanto a sus experiencias y eso es muy valioso porque te bajan los conocimientos a la práctica y me genera una gran motivación para aprender y entender la materia. Entre el conocimiento de la Facultad y del trabajo, hay un interesante ida y vuelta”.

A futuro, Camila Linares planea continuar creciendo en la empresa, desarrollando las habilidades adquiridas en la Facultad, y promulgando que se generen nuevas oportunidades para las mujeres dentro de la industria:

“Pienso cuando entré a trabajar el primer día y hoy me sale mucho agradecimiento. Creo  que hoy en día las cosas están cambiando y hay mucho potencial y camino para las mujeres. Creo que aportamos la mirada desde otro lugar y aunque nuestro exterior nos pone siempre a prueba para ver si estamos a la altura, eso nos lleva a que siempre demos o intentemos dar lo mejor. Estoy feliz de que sea todo más igualitario, y pienso que cuantas más seamos, más justo será todo. Ahora soy la única mujer en la planta, pero que me hayan elegido a mí y rompan con esa barrera posibilita y facilita a que el día de mañana haya más mujeres.  Siento que es nuestro momento para cambiar las cosas desde adentro”, concluyó.

 

 

 

AYUDANOS A COMPARTIR ESTE CONTENIDO